Somos dueñas de nuestra felicidad
Me he dado cuenta que la mayoría de las personas (y me incluyo) culpamos a alguien más de nuestros problemas y por ende los hacemos responsables de nuestra infelicidad: "Es que si ella no me hubiera hecho esto yo estaría feliz", " Es que si él hubiera cumplido su promesa nada de estos estaría pasando" " Es que él, es que ella, es que esta situación o aquella - blah blah blah - ALTO!
¿Porqué seguimos esclavizando nuestra felicidad?
Para mí una felicidad que dependa de alguien o algo más que no sea yo misma, es una felicidad esclavizada; es una felicidad irreal y es una felicidad que no va a durar.
La clave está, creo, en entender que nuestra felicidad no viene de nada ni nadie. En el momento que entendemos que la felicidad viene de mí y de lo que yo como persona me puedo dar y no lo que él o ella me dan, es que entendemos que somos completamente dueñas de nuestra felicidad.
Está claro que lógicamente hay personas y situaciones que nos van a afectar de manera tanto positiva como negativa ya que somos humanas y tenemos sentimientos. Pero me he dado cuenta que cuando entendemos que somos las responsables de nuestra felicidad, podemos elegir de manera más sabia cómo afrontar las situaciones que nos hacen infelices y no permitir que nada ni nadie tome el control de mi felicidad. Podemos elegir ser felices hoy y ahora, ser felices con nosotras mismas.
Cuando somos dueñas de nuestra felicidad tenemos el poder de elegir cómo afrontar el problema, hasta qué punto dejarlo que nos afecte y no permitir que esa situación determine mis acciones y mi actitud hacia la vida.
Yo en el pasado dejé que personas y situaciones tomaran el control de mi vida y guiaran mis acciones. Era muy natural para mí culpar a esas personas o situaciones por mi infelicidad, ya que desde mí punto de vista habían sido ellos los que "me habían robado mi felicidad". No fue hasta hace algunos años que entendí que nadie me habían robado nada, que yo había sido la única responsable de permitir que esas situaciones controlaran mi vida y que yo le había cedido el control de mi propia felicidad a esas personas o situaciones que me rodeaban.
Hoy con certeza sé que:
Soy dueña de mi vida y mi felicidad. Nadie más. Soy LA ÚNICA responsable de mi felicidad.
Espero que este post las motive a tomar control de su vida y situaciones en las que se encuentran y no son felices, recuerden que ustedes son las únicas dueñas de su felicidad y que está en ustedes mismas hacer el cambio y recuperar su felicidad.
Les mando un gran abrazo, y espero que tengan una semana lindísima.
Vale